Cada vez que un problema se vuelve crónico y comienza a causar disfunción en otras áreas de la vida, como las sociales y las ocupacionales, a veces puede hacer que una persona se sienta impotente e irritable. También en el insomnio, las personas sienten una disfunción diurna como no sentirse muy frescos, disminuir la concentración, evitar una función social con la esperanza de utilizar ese tiempo tratando de dormir, etc. Esto tratando de dormir y preocupándose demasiado por poder llegar a dormir, pensar que mi sueño no está bajo mi control, etc. también tienen un impacto en el estado de ánimo de la persona. Estas creencias y actitudes sobre el sueño mantienen el problema en el sueño y la persona se siente atrapada.
En tales casos, el insomnio conduce a la depresión.
