Las dietas ricas en proteínas se relacionan consistentemente con la obesidad, el cáncer, las enfermedades cardíacas, la diabetes tipo 2, la artritis y el Alzheimer, entre otras enfermedades crónicas.
La proteína en la leche también se ha relacionado con el cáncer. En la investigación de Colin Campbell, descubrió que podía activar el crecimiento del tumor al alimentar a las ratas con un 20% de caseína y desactivar el crecimiento del tumor disminuyéndolo al 5%. Lea su libro The China Study and Proteinaholic por Garth Davis, para una explicación más profunda sobre los peligros que enfrentamos como sociedad por consumir demasiada proteína animal.