Es bastante normal sentirse mal unos días después de un ataque de reflujo ácido. El ataque es la etapa final de un problema digestivo o neurológico y el reflujo no es el final del episodio sino el signo visible de que las cosas deben ser tratadas médicamente.
Puede parecer simple tragar algunos medicamentos de venta libre, en tabletas o en forma de jarabe y tratar de olvidarse del problema principal. Es mucho más prudente consultar a su médico de cabecera y evaluar la afección a fondo con herramientas objetivas como imágenes durante la deglución y el proceso gástrico.
El hecho de que se sienta enfermo muestra que hay una condición subyacente que debe abordar. Un tratamiento médico sólido puede conducir a un estado controlado cómodo y duradero.