La fiebre es una ocurrencia relativamente común después de la cirugía.
Una fiebre leve, típicamente con una temperatura que permanece por debajo de 38 ° C, dentro de las primeras 48 horas después del procedimiento, a menudo se debe a daño tisular en el sitio de la operación o a la formación de hematoma.
Una fiebre más persistente puede deberse a una infección relacionada con la cirugía o, posiblemente, a una reacción al medicamento. Ocasionalmente, puede producirse un colapso parcial del pulmón y puede producirse una infección secundaria.
Una fiebre que ocurre más tarde en el período postoperatorio puede deberse a una infección de la herida o a la sepsis.
Es imposible diagnosticar sin una historia más completa y un examen cara a cara.
Los consejos que se dan en Internet son solo eso, asesoramiento, se recomienda una consulta cara a cara.